El problema del Yo radica en su inexistencia.
El individuo fue un invento del capitalismo, que a su vez fue originado por el protestantismo (tesis que mantiene Max Weber por primera vez en su libro “Die Protestantische Ethic und der Gëist des Capitalismus”,1905), (La ética protestante y el espíritu del capitalismo).
Antes del siglo XVI la idea de acumular riqueza no estaba extendida, pues no existía tampoco una clase burguesa propiamente dicha.
Así ya podemos ir acercándonos al origen del Yo, del individuo, la persona.
Se trata de un invento de las clases adineradas que siguen el principio de acumular riqueza, promovido por las ideas protestantes de austeridad y ahorro, lo que trae consigo el tiempo suficiente para pensar en uno mismo, como individuo. Las ideas protestantes se extendieron y tras el Concilio de Trento hasta hoy día bien podemos decir que parece que han prevalecido con suficiencia.
Realmente, si lo pensamos un poco, da la impresión de que somos alguien especial, único y esas cosas que se dicen, para sostener la propia autoestima, (un ejercicio de autoengaño, claro), porque hemos nacido bajo el esquema capitalista y resulta muy difícil salirse de la rueda.
El individuo fue un invento del capitalismo, que a su vez fue originado por el protestantismo (tesis que mantiene Max Weber por primera vez en su libro “Die Protestantische Ethic und der Gëist des Capitalismus”,1905), (La ética protestante y el espíritu del capitalismo).
Antes del siglo XVI la idea de acumular riqueza no estaba extendida, pues no existía tampoco una clase burguesa propiamente dicha.
Así ya podemos ir acercándonos al origen del Yo, del individuo, la persona.
Se trata de un invento de las clases adineradas que siguen el principio de acumular riqueza, promovido por las ideas protestantes de austeridad y ahorro, lo que trae consigo el tiempo suficiente para pensar en uno mismo, como individuo. Las ideas protestantes se extendieron y tras el Concilio de Trento hasta hoy día bien podemos decir que parece que han prevalecido con suficiencia.
Realmente, si lo pensamos un poco, da la impresión de que somos alguien especial, único y esas cosas que se dicen, para sostener la propia autoestima, (un ejercicio de autoengaño, claro), porque hemos nacido bajo el esquema capitalista y resulta muy difícil salirse de la rueda.
Erich Frömm incide en el mismo tema que Max Weber, señalando la época renacentista como el origen del individuo, el periodo de la Reforma, calvinismo y luteranismo, emergencia de la clase burguesa y del capitalismo; así lo podemos leer en su libro “Escape from Freedom”, 1941, es decir, “Die Furcht vor der Freiheit” o “El miedo a la libertad”.
Nace así el individuo, la libertad individual. Pero es una mera apariencia, ya que como Frömm señala, al niño se le educa para convertirse en una pieza más del mecanismo consumista capitalista. Realmente no nacemos con el afán de atesorar cosas y de poseer bienes materiales. La idea del éxito personal se ha enraizado en la del éxito económico y ahí se termina todo. La tesis de E. Fromm señala la creciente debilidad del Individuo al verse inducido en su proceso de aprendizaje a simular estados emocionales que no le son propios, a sentir de una manera que no es muy humana (eso da lugar al comportamiento aborregado imperante). Puesto que aunque nos consideramos únicos no ansiamos nada diferente al que tenemos al lado, ni siquiera pensamos algo diferente (aquí abro pestaña para citar a Herbert Marcusse y su "Hombre Unidimensional")
Así, realmente se ha ido debilitando el Yo, algo que ni siquiera existía, que fue inventado por el capitalismo y que será destruido también por el propio capitalismo, dando lugar a la desaparición del sistema capitalista propiamente dicho. Y que no se confunda esto con la posibilidad de algo parecido al Comunismo (cualquier totalitarismo me es ajeno...si se me tiene que tachar de algo que sea de anarquista en todo caso)
Lo que nos jugamos es bien sencillo:
Estamos abocados a decidir si queremos seguir siendo individuos y perecer bajo el yugo capitalista (desbaratando el planeta) o comunicarnos como especie, recuperando el sentido de estar en el mundo, pero dejando de ser un Yo individual. Y lo mejor de todo esto, para rizar el rizo de la locura humana es que será una creación de la maquinaria consumista la que generará la posibilidad de que tal cosa sea posible (la nanotecnología es un hecho ya)…la posibilidad de estar plenamente conectados con los otros (implantes desde el nacimiento), un mundo tan plagado de nuevas emociones que la idea del Yo se desvanece, apabullada por las conexiones con los otros, con nuestros amigos, conocidos, vecinos, la gente…algo que habíamos perdido de manera irremediable dada la insoslayable atención al Uno Mismo.
Individuo y Especie, qué palabras tan extremas, pero pregonar hoy en idea la muerte del Yo es un ejercicio similar al que ya inició Nietzsche al anunciar la muerte de Dios, joder, no me quedé corto con la comparación.
El caso es que la nueva crisis nos permite pensar en lo que queremos hacer con el mundo, con los otros y con nosotros mismos. Tendría que ser un ejercicio de reflexión sobre lo que gastamos y lo que acumulamos. Es una muestra clara que nos dice que cuando un individuo acumula demasiada riqueza siempre hay detrás una onda de individuos hacen lo mismo y otra enorme de aspirantes a poseer las mismas cosas. El concepto del Ahorro nos ha llevado a esto, porque quienes ahorran se vuelven avaros de sí mimos y siempre quieren más, así se construyen los grandes imperios empresariales y familiares. Sin embargo, siempre aparece algún Cisne Negro que nos da una bofetada de realidad.
Si se supera el capitalismo, cosa que ahora mismo tal vez parezca descabellada... ¡qué vendrá luego! La especie, si tenemos un cerebro tan grande es para poder sentirnos como humanos en conjunto…
¿Os imagináis poder sentir de manera empática lo que le pasa por el cerebro a un “individuo” que lleve viviendo años en un campo de refugiados en medio de la nada? Poder percibir el dolor de los que mueren a cada instante de formas violentas, de los asesinatos y violaciones, de la destrucción en vida de tantos seres humanos y al instante poder sentir también las fiestas, la diversión, la alegría pura humana entrando por cada poro… ¡qué contraste! Así se terminaría con toda esa mierda de las guerras y la riqueza, desde que fuésemos capaces de sentir en propia carne a la especie, no de una manera cognitiva, sino como una emoción.
¿En qué punto nos encontramos ahora?
La tecnología nos pone en bandeja la posibilidad de conectarnos con cualquiera en el mundo, de ver en directo cada tragedia humana; en breve podremos sentirla también; si aún así todo continuase igual el ser humano no tiene sentido alguno. La tecnología debería hacernos tomar conciencia de dónde estamos como especie y hacia dónde vamos…tal vez, por desgracia, hacia dónde no podemos dejar de ir. Veremos.
(En elaboración)
1 comentario:
Hola Andri te puse un comment a tu comment(en mi blog) y ahora te voy a poner otro comment. Uy me estoy liando!!!. Yo creo que el capitalismo caerá pues sus bases económicas están tocando fondo y costando un gran precio como la falta de calidad de vida, la destrucción de nuestras bases alimenticias(mares, naturaleza, etc)y como consecuencia secundaria el absoluto caos del continente africano. Cayeron formas de vida mucho mas controladas como el comunismo por qué no iba a caer el imperio capitalista gobernado por tontos como Bush, Berlusconi, etc. Aunque ellos solo sean la cara visible de una red implacable y mucho mas astuta.
Cambiando de tema el libro del que yo hablaba no es uno de tus odiados manuales de autoayuda sino mas bien una especie de "diario" de experiencias con personas aquejadas de problemas comunes y no por ello menos angustiosos. El autor solo cuenta y comenta lo que le han escrito no nos llena de consejos a seguir para llegar al dulce camino de la felicidad. Todo lo contrario. Es más bien algo basado en la escucha y la reflexión y la lógica. Nada mas. Besos y hasta pronto
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