Me llamo Tritio, tengo un gran protón y un buen par de neutrones. Mi familia es más conocida por el nombre de Hidrógeno, que como se sabe anda por todos lados en esta Tierra, yo soy un isótopo suyo, un pelín radiactivo, de corta vida, escaso y más ligero que el propio aire, aunque trazas mías se hallan por ahí en cada uno de vosotros, pero estoy sobre todo en la mar salada, y donde más fácil se me pilla es en casa del Litio.
Busco a Deuterio, que viene a ser como medio hermano mío, pues también es otro isótopo del Hidrógeno. El pobre sólo tiene un neutrón y su protón es menos llamativo; eso sí, es bastante más estable que yo y mucho más pesado, qué le vamos a hacer, pero está por todos lados en el universo y es fácil de encontrar.
Según la profecía, si nos enrollamos bien y la cosa funciona, juntitos en un cuarto bien sellado y calentitos a temperatura estelar, tras fusionarse limpiamente nuestros núcleos, engendraremos de manera incansable a Helio, que es un gaseoso inofensivo pero muy noble y podrá trabajar inflando los globos y alguna cosa más; también saldrá un neutrón que no hará nada en la vida, y lo más importante: produciremos una cantidad pasmosa de energía que será la única alternativa para que sobreviva el planeta y el ser humano juntos, tal como van las cosas y si se quiere seguir viviendo como ahora viven en el mundo "civilizado".