Cuando la marea baja
quedan restos de naufragios,
el mar en la arena deja
historias hechas pedazos
que se topan nuestros pasos.
Con los trozos tropezados
vamos trabando retazos
que dan forma a un relato
al que llamamos pasado.
Muy animados marchamos,
tornando acompañados.
Mas ya subió la marea,
se perdieron los fragmentos
que remendaban los cuentos;
nos miramos en silencio
sin saber ya qué idear.
¡Ojalá aún se pudiera
no ver solos bajar la mar!
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